La historia arranca cuando un irlandés, Patricio Murphy, se presenta en Jerez en 1.725, con el propósito de establecer un negocio de telares.
Todo hace indicar que Patricio poseía una gran visión empresarial que le hizo dejar de lado sus telares y dedicarse en cuerpo y alma al mundo vinatero. De esta forma, y casi sin darse cuenta, funda el negocio en 1730. Unos años más tarde, aparece en Jerez un curioso hombre de negocios francés llamado Juan Haurie Nebout, que comienza a ser conocido por su intensa actividad comercial. El insólito encuentro de un irlandés y un francés en el Jerez del XVIII acabó en una sólida amistad. De hecho, Haurie deja sus negocios, se convierte en asesor de Murphy y se ponen a trabajar juntos en la bodega. Al morir Murphy en 1762, soltero, le dejó a Haurie en herencia todos sus bienes. El viejo Haurie se dedica por completo al negocio del vino y, en el plazo de unos años, lo hace crecer adquiriendo importantes instalaciones. En el año 1772 gana un pleito al Gremio de la Vinatería, severísimo, y consigue de esta forma tomar parte en las tres ramas que componen el negocio: crianza, almacenaje y exportación. Perfila una arriesgada operación y se apoya en cinco sobrinos de tal modo que, en 1791, se funda la razón "JUAN HAURIE Y SOBRINOS". Juan José, Juan Pedro y Juan Luis, hijos de su hermano Pedro; Juan Carlos, hijo de su hermano Juan Pedro y Pedro de Lembeye y Haurie, hijo de su hermana María y Arnald de Lembeye, heredaron el negocio con la muerte de su tío, en 1794. Al mismo tiempo recibieron el encargo de disolver la sociedad y fundar otra nueva por veinticinco años que sólo debería deshacerse al final de los mismos, o antes si hubiesen fallecido cuatro de los titulares. La realidad es que, en 1814, ya habían desaparecido todos excepto Juan Carlos Haurie quien, continúa con la sociedad. Pero la empresa se encontraba agonizando por aquellas fechas debido a las secuelas de la Guerra con Francia. La familia Domecq procede de la antigua comarca francesa del Bearn que lindaba con Navarra y Aragón y que actualmente forma el departamento de los Bajos Pirineos. Documentos de 1.385 ya citan a la Casa Domecq de la "Verguerie d'Usquain" como una de las más antiguas de la región, al rendir Juan de Domecq homenaje a Luis XIV, el 18 de Marzo de 1.666, recibía en la investidura un par de guantes blancos del rey. El nombre de Domecq, deformado por el "patois", subdialecto de la zona, equivale al latín dominium y, en definitiva, quiere decir señor. Esta familia de la nobleza provinciana francesa no podía ni remotamente imaginar que su nombre iba a permanecer, a lo largo de las generaciones, profundamente ligado a la historia de los vinos y los brandies de Jerez.
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