El inicio fehaciente y documentado de la historia del cultivo de la vid por esta comarca onubense denominada Condado...
El inicio fehaciente y documentado de la historia del cultivo de la vid por esta comarca onubense denominada Condado hay que fecharlo en el siglo XIV, si bien existen legendarias referencias de los intercambios llevados a cabo entre los Tartessos y los griegos, de partidas enviadas a Roma y de la tolerancia de los musulmanes con el cultivo y elaboración del vino. La repoblación que se inicia en Andalucía tras la Reconquista hace que en el siglo XIV comience a cultivarse la viña en el Condado de Niebla, origen de la actual comarca.
El maestre de la Orden de Calatrava, Don Juan Mestre, fue repoblador de Villalba del Alcor en 1327. Ocho años más tarde, el maestre dona a Don Romero Díaz cien aranzadas de montes jarales para que en el plazo de un año lo descuajara, rozara y plantara de viñas. Dado el trabajo excesivo encomendado, se le conceden a Romero nuevos plazos y la autorización para que las tierras pudieran ser cultivadas por colonos. Es a partir de aquí cuando comienza la progresiva y actual riqueza del Condado.
1932
Los orígenes de la vendimia
®DOPCONDADODEHUELVA
DOP
Durante todo el siglo XIV, los pueblos de la comarca aumentan su importancia tanto social como económica. Tal es el grado de calidad y volumen de la producción de vinos que la ciudad de Sevilla –que se extendía hasta el municipio de Manzanilla– se ve obligado a aprobar nuevas ordenanzas proteccionistas del vino para salvaguardar su mercado. Sin embargo, dado el prestigio e impulso de los caldos de Villalba, Bollullos, Almonte y La Palma, éstos siguieron comercializándose en el mercado sevillano.
En el siglo XV continúa la época de esplendor. Las zonas de cultivo crecen, se cuidan y mejoran las técnicas de crianza y el vino de Manzanilla desplaza al exportado en rama. Desde los puertos de Palos y Moguer salían los vinos más solicitados, de “romania” y los vinos de Manzanilla, hacia Inglaterra y Países Bajos. Y, sin duda, de estos puertos zarparon estos vinos, y posteriormente, sus cepas, hacia el Nuevo Mundo pues muchos de los descubridores que acompañaron a Colón en su aventura eran de estos pueblos
Siganos