El vino en la historia de la Conca de Barberà
La evolución de la viticultura en la Conca de Barberà ha ido muy...
El vino en la historia de la Conca de Barberà
La evolución de la viticultura en la Conca de Barberà ha ido muy ligada a la evolución histórica de la comarca. Sus antecedentes más remotos se remontan a los tiempos de los romanos y, posiblemente, incluso antes. Pero durante la ocupación sarracena, los viñedos prácticamente desaparecen del territorio, ya que el Corán prohíbe su cultivo. No será hasta la baja edad media que el cultivo de la vid jugará un papel muy importante.
»Cooperativa de Barberà de la Conca. La más antigua del estado Español
En el siglo XII, las tierras de la Cuenca empiezan a ser colonizadas por los catalanes. Dos instituciones, la orden de los monjes cistercienses de la abadía de Santa María de Poblet y la orden de los monjes-guerreros de los Templarios establecidos en Barberà, transmitieron a los agricultores sus conocimientos y experiencias sobre la manera más provechosa y adecuada de cultivar la viña para extraer los mejores vinos. Estas enseñanzas de los monjes, transmitidos de padres a hijos, han perdurado hasta la actualidad.
El cultivo de la vid en la Conca de Barberà avanzó otro paso de gigante a partir de finales del siglo XVIII y sobre todo a mediados del siglo XIX. La exportación de vino y aguardiente hacia el norte de Europa y el continente americano convirtió la vid en el cultivo casi exclusivo de la comarca. Fue la época de la construcción de márgenes y bancalades en las montañas para conseguir la máxima cantidad de suelo cultivable y también los años de la construcción de la línea ferroviaria Reus-Montblanc para trasladar más rápidamente y económicamente los vinos de la Conca de Barberà los puertos del litoral tarraconense.
La extensión de la plaga de la filoxera por la comarca a finales del siglo XIX aniquilar completamente aquella época de esplendor. Pero la agricultura de la comarca, haciendo un enorme esfuerzo, supo resurgir con renovado empuje. La Conca de Barberà fue pionera en Cataluña y en el resto de España, en la agrupación de los agricultores en cooperativas agrícolas vinculadas básicamente al sector vitivinícola.
Así, en 1894, los agricultores del pueblo de Barberà fundaron un sindicato para elaborar el vino en común. Bajo la influencia de Joan Esplugas, un propietario que conoce los sistemas de lucha contra la filoxera después de realizar un viaje a Francia, el sindicato de Barberà inicia la replantación de los viñedos en la Cuenca. El éxito coronó los esfuerzos y en 1903 se levanta el primer edificio de nueva planta de todo el Estado, concebido como bodega cooperativa, en el pueblo de Barberà.
Poco tiempo después, Josep M. Rendé, de la Espluga de Francolí, se convirtió en líder del movimiento cooperativo en la comarca e impulsó, en 1912, la construcción de la bodega de su villa.
También hay que mencionar la figura del abogado y periodista montblanquí Joan Poblet y Teixidó, que desde las páginas de los semanarios de la época promovió el asociacionismo de los agricultores, y el también abogado sarralenses Albert Talavera, impulsor de la mancomunidad de las cooperativas de la comarca en una federación de cooperativas.
Siganos